¿Estamos de acuerdo con que el sol sale por el Este? Una nota a propósito de nuestro estancamiento exportador

Publicado por Ricardo Carciofi en

Efectivamente: el sol sale todos los días en las proximidades del punto cardinal Este. El fenómeno acontece, aunque no lo podamos ver. Además de la observación visual, hay una explicación astronómica y una teoría por detrás. Sobre esto no hay disenso.

 

¿Existe un consenso análogo respecto de las exportaciones? En principio sí. Tanto los manuales universitarios como numerosos estudios ponen de manifiesto la importancia clave de las exportaciones -sea en la generación de divisas, la creación de empleo, la modernización tecnológica e innovación o la especialización y las economías de escala. También es conocida la dificultad que significa acceder a los mercados externos porque existen barreras de todo tipo: algunas dentro de los márgenes que permiten las reglas del comercio, y otras que con frecuencia sobrepasan esos límites. Lo cierto es que todo el mundo defiende sus mercados y existe una tenaz competencia por desplazar a quienes ya están instalados allí. Nada es permanente. Por esta razón la política que siguen los países hacia sus exportaciones es el apoyo a través de distintos mecanismos y subsidios. Esta es una arena de intensa disputa en la OMC.

 

La política comercial a contramarcha del desarrollo exportador.

El anterior consenso sobre las exportaciones contrasta con lo que se observa en la Argentina. En estos días, está en la tapa de los diarios la noticia de la suspensión transitoria de la exportación de carne. No se trata de un episodio aislado. Hace dos meses atrás tuvo lugar una Cumbre del MERCOSUR donde se hicieron públicos desacuerdos de fondo acerca de cómo relacionarse comercialmente con el resto del mundo. En gran medida el hecho tuvo un antecedente en una reunión del bloque en abril del año pasado, donde Argentina tomó distancia de las negociaciones externas destinadas a abrir nuevos mercados. En otro orden, las operaciones de comercio están sujetas a regulaciones que limitan el acceso a las divisas para importaciones que también suministra insumos y maquinaria utilizados en la producción exportable. Además de los derechos que gravan las ventas externas, los obstáculos del régimen cambiario -cuyo diseño es un intento por dar respuesta a los desequilibrios macroeconómicos- también repercuten en el desarrollo exportador. Para atenuar estos efectos, el reciente decreto de promoción de inversiones para exportación (DNU 234/21) exceptúa a las empresas beneficiarias del cumplimiento de las normas generales que aplican a la liquidación de divisas. Precisamente, este régimen promocional es el reconocimiento explícito de los costos colaterales del actual régimen cambiario.

 

Estas trabas para el desarrollo de las actividades de exportación se hacen presentes en un año donde se alcanzaría el mayor superávit comercial del último quinquenio (alrededor de us$ 15 mil millones). No son muchos los países que, como Argentina, se benefician de precios y mercados en un contexto internacional atravesado por la pandemia. Aún así el excedente es escaso para atender los pagos externos y acumular reservas.  Aparece una situación paradójica. Mientras se reconoce la importancia crítica de la necesidad de divisas y donde nadie se animaría en público a poner en tela de juicio el papel esencial de las exportaciones para apuntalar el crecimiento económico, la política comercial parece orientarse en sentido opuesto. La explicación de esta aparente disociación entre objetivos y decisiones obedece al hecho a que la aspiración de “exportar más” no puede limitarse a la acepción comercial solamente. Se trata de una mayor conexión con el resto del mundo. Eso significa recorrer un camino más amplio y mantener el rumbo a lo largo del tiempo. Esto se observa de manera más clara al reparar en nuestro desempeño exportador reciente.

 

Estancamiento exportador.

Tal como lo muestra el gráfico siguiente, Argentina ha experimentado una importante caída de sus exportaciones de bienes. Esta es una limitación a la capacidad para importar y, por ende, una limitante del crecimiento económico.

Fuente: INDEC

Es de interés concentrar la atención sobre las cantidades exportadas, lo cual permite aislar el efecto de los precios. El gráfico muestra el índice de cantidades (la pendiente positiva indica tasas de variación también positivas.)

Fuente: INDEC

 

Mirado de una u otra forma las exportaciones argentinas no crecen. El fenómeno lleva ya varios años. ¿Cómo se puede salir del estancamiento exportador? La respuesta breve es que se necesitan inversiones y mercados. Respecto de las inversiones, la política pública puede ayudar, pero el resto son decisiones privadas. Lamentablemente, las medidas apuntadas más arriba ejemplifican señales que no favorecen la inversión.

 

La segunda cuestión es la búsqueda de mercados y oportunidades para nuestra oferta exportable. Pero es un camino de doble vía. Exportar más significa también importar más. En el terreno económico y comercial, la búsqueda de una mayor profundidad en el plano regional y global viene estrechamente ligada a la dinámica del MERCOSUR. Esto significa poner en un plano prioritario de atención al bloque, y particularmente a nuestra relación con Brasil. Pese a la importancia clave de esta agenda, la política comercial externa atraviesa dificultades que es necesario revertir tan pronto sea posible.

 

La conclusión a la que se llega es que para lograr inversiones y mercados, y por ende exportaciones, es necesario conjugar tres políticas centrales. La primera de ellas es la dimensión macro. Aquí radica un primer escollo que condiciona en gran medida a las demás. En presencia de una macro con desequilibrios profundos, tal como la que caracteriza a la Argentina desde hace ya largo tiempo, las posibilidades de hacer progresos en las otras áreas están severamente condicionadas, especialmente por restricciones fiscales y el funcionamiento del régimen cambiario. El segundo instrumento es la estrategia y la política comercial externa. Ya se ha hecho referencia al MERCOSUR, pero claramente el espectro es más amplio. Argentina mantiene relaciones comerciales y económicas con importantes socios fuera de la región: China, EEUU y la UE, que requieren atención y adecuado balance. Finalmente, el tercero es un amplio abanico de políticas sectoriales apropiados para cada complejo exportador. Si bien es clara la ventaja de la agroindustria, la canasta exportadora se complementa con otras actividades.

 

En síntesis, si se pretende dinamizar las exportaciones se necesita un avance acompasado en estos tres frentes y, además, perseverar en el esfuerzo. Ningún resultado será inmediato. Es cierto, el sol sale por el Este, pero no en cualquier horario.

Publicado en el Diario Perfil

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